sábado, 26 de junio de 2010

JAMAICADEROS

“EL MENSAJE DEL REGGAE ES DE PAZ, DE UNION, DE LUCHA CONTRA LA OPRESION"

Jamaicaderos es una banda de San Telmo que toca todos los miércoles, viernes y domingos a las 23 hs en bares frente a la Plaza Dorrego. En esta entrevista sus integrantes cuentan las dificultades propias de grupos under independientes y rescatan la idea de compartir en vez de competir.

Nombre y estilo: Jamaicaderos Sound System (Reggae)

Integrantes: Los integrantes rotan de instrumento, Juampi (batería); Maxi (bajo); Richard (guitarra); Javi (teclados/ guitarra); Bochi (saxo alto); Topo (saxo tenor); invitado de lujo: “gran master mutante”

Web: www.fotolog.com/jamaicaderos 5 ; www.myspace.com/sonidojamaicaderos

Producciones: grabando en “Alarma Records”, aún sin título

Próximas fechas: los miércoles y viernes de marzo en El Balcón ( Humberto 1º 461) y los domingos de marzo en Todo Mundo (Anselmo Aieta 1095).

(Por Brenda Sttegui)

Desde hace cuánto que están tocando en San Telmo?

Tocamos en el barrio desde hace rato ya, creo que desde marzo del 2007, después se fueron varios de los chicos y vinieron el Bochi y el Topo y esta formación está desde hace cuatro meses.

Aparte de tocar en “El Balcón” en San Telmo ¿Por qué otros lugares pasaron?

En Todo Mundo y en algunas fiestas de San Telmo; en realidad Jamaicaderos nació en este barrio, es más, algunos nos conocimos en el escenario.

Al principio improvisábamos y después se armó la banda.

¿Cuál es el pensamiento en general de cada uno o el mensaje del reggae en particular?

En general el mensaje del reggae es un mensaje de paz, de unión, de luchar contra la opresión a través de lo pacífico, lograr ideales, humanizar transmitiendo a través de la música este tipo de intención, tratar de llegar y hacer un ida y vuelta con la gente. Se generó de una manera espontánea una conexión entre todos. Se trata justamente de dar lo que hay en el momento y se logró vaya a saber porqué. Hay algo que expresamos que se trata de improvisar y hacer lo que pinta en el momento.

¿Qué les pasa con el público o la situación musical argentina?

A mí lo que me preocupa muchísimo es el movimiento de destrucción de bandas a través de las empresas y las corporaciones que empiezan a tomarlas cautivas y a deformar los mensajes, a seleccionar músicos/as, a separar bandas, a instruirles qué tipo de ideas tienen que tener, dónde tienen que tocar; y hay que tener en cuenta que lo que pasó en Cromañón intensificó esto. Actualmente el tema de las corporaciones hace que muchas bandas queden excluidas del circuito y sea muy difícil tocar en muchos lugares o hay que poner mucha guita.

A veces el desarrollo de algunos países depende y determina el subdesarrollo del Tercer Mundo, en este caso de Argentina. En muchas ocasiones idolatramos a quienes tienden a oprimirnos.

Me parece que la música tendría que unir a la gente, no creo que la música tenga culpa de nada.

Pero yo te estoy hablando del manejo de la música…

Sí, seguramente, quizás no se le da mucha difusión a la música de nuestro país y quizás se valora más lo que viene de afuera

Y eso, ¿qué les parece? Está bueno lo que hacen los demás pero no que nosotros en nuestro país no podamos decirle al público lo que nos está pasando.

Hay que romper esa pared para transmitir realidades, pero aparte hay que tener en cuenta que la música es un idioma universal y hay que tener en claro que a veces puede ser usada por movimientos políticos o para apoyar causas que son antihumanas. Hay que saber diferenciar bien y tratar de mantener y transmitir identidad.

Acerca de su música, ¿cómo la describirían?

No hay letras, es siempre todo instrumental, salvo a veces cuando viene un amigo y canta con el sentido de la música reggae, letras sociales y contra la opresión.

Bueno, entonces sí tienen una fuerte ideología en contra del opresor…

Acá hay lugares que para tocar vos tenés que pagar una suma por un local y vender entradas para recuperar esa plata y nunca podés. La cuestión es esa: que no hay lugares para el desarrollo de la música, el teatro y un montón de cosas.

Tengo un pensamiento medio contradictorio porque en realidad nuestra posición es romper con esas reglas. Si estás esperando en tu casa a que se te den las cosas…para nosotros no fue fácil venir a tocar acá ni nos llamaron, tuvimos que venir a insistir, ofrecernos, dar algo que a la gente de acá le sirva y de a poco se fue formando. Tuvimos que poner un montón de nosotros para que se dé. Si hubiéramos esperado a que un lugar nos busque, no hubiese pasado nunca nada, me parece que es nuestra función romper con esa estructura que hay y generar los espacios. Hay lugares que si no ponés plata no tocás, no hay muchos lugares como éste.

Conocí ayer a un manager de Francia y no podía creer que acá se pague para tocar.

Es un problema también de las bandas que van y pagan por tocar, yo no lo haría.

Ustedes dicen que las responsables de ese movimiento son las bandas…

Digo que el tipo que tiene un lugar para tocar y te cobra se tendría que morir de hambre porque no tendría que ir nadie, pero funciona porque hay un montón de bandas que van y pagan.

Muchas bandas alimentan ese circuito y hacen posible que los tipos sean mercenarios y empiecen a explotar y hacer que vos tengas que llevar a tu tía, a tu abuela, a tu hermana, a tus primos y vender entradas aunque la gente no vaya y es una cosa viciosa, perversa que no tiene nada que ver.

¿Qué se tendría que hacer para que empiece a mejorar la situación del under?

Los empresarios se tienen que dedicar a sus empresas (risas) y la gente tiene que apoyar los eventos más pequeños. A veces hay movimientos grandes, va cualquiera, paga entradas carísimas, el sonido es malo y tocan a cualquier hora, pero no apoyan un montón de eventos pequeños que se hacen por todos lados y que es donde -me parece a mí- está lo más rico de la música. Nosotros acá no vinimos a tocar por la plata, buscamos la manera de que nos dejen venir a tocar, después se pueden generar un montón de cosas con el tiempo, pero creo que somos nosotros los que tocamos por diversión o por nada; es como que un pintor diga: “yo si no me pagan no pinto”.

Hay necesidades para subsistir, lo que pasa es que acá hay un montón de cosas cambiadas de lugar, la posibilidad de que podamos vivir realmente de la música, que el Estado subvencione, que haya un Fondo Nacional de las Artes de verdad que sirva para subvencionar nuestros proyectos, que podamos tocar y tener una obra social, que haya una ley de la música, que haya formas para sacar discos a un precio razonable; es todo un circuito que está viciado y que es la máquina de impedir lamentablemente.

¿Cómo fueron sus inicios en la música?

Cuando era chico empecé porque unos amigos tocaban, fui a un ensayo y vi los instrumentos, quise tocar uno y me preocupé en conseguirlo y aprendí de a poco.

¿Qué piensan en general de las rivalidades entre las bandas?

Eso es una cuestión de idiosincrasia que nace también del River-Boca, del partido político diferente, del barrio diferente, de la escuela diferente, de la tribu diferente; si sos diferente te pego. Digamos que hay un lenguaje de agresión que no tendría que haber.

¿Ustedes no son agresivos hacia cierto sector musical o se sienten agredidos por los demás?

Acá se trata de compartir un espacio, a veces sube gente del público a tocar y nosotros les damos nuestros instrumentos para que toquen y no nos importa porque no tenemos esa cosa de ego de “a ver quién se destaca o es el mejor”; justamente cuando vos te sacás el ego de encima es cuando tocás mejor, cuando la cosa fluye de adentro tuyo y empieza a salir algo. Hay una cosa grave que el sistema nos mete desde chicos que dice: lo importante es competir, ¡no! lo importante es compartir, hay un error gigante ahí y bueno, lamentablemente la carrera de competir prevalece porque es necesario que el consumo exista, hay un montón de cuestiones que deshumanizan a la gente.

Con respecto a la promoción enorme que tienen las bandas en todos los medios masivos para que la gente acuda a la convocatoria y pague entradas caras, ¿Cómo se podría hacer para cambiar el patrón de consumo de la gente?

El problema es que haya un patrón de consumo para la música, se debería consumir arte porque el arte sensibiliza; vos ves un cuadro, escuchás un disco o mirás una película que te conmueve…el patrón de consumo en el arte no tendría que existir.

¿Y qué les parece que le pasa a la gente? ¿Porqué no hay interés en apoyar al under?

-A mí me parece que la gente necesita pertenecer, necesita pertenecer a un club de fútbol, necesita pertenecer a un partido político, pertenecer a una movida de un género musical, entonces quiere formar parte de algo y no sabe de qué…

Ustedes pertenecen a una movida también.

-Está todo mediatizado con bandas o promociones de acceso publicitario por tv, radios, gráfica y las bandas under que lo hacen por papelitos difundiendo en salas de ensayo, por fotolog o correo electrónico. Hay una diferencia terrible en la forma de difundir de uno y otro, la llegada es diferente. El bombardeo continuo hace que en las radios los temas que son una pedorrada termines tarareándolos.

Los medios de comunicación de masas están tirando todo el tiempo mensajes subliminales, ¿qué piensan del uso de la música para llevar a cabo este método de manipulación?

Tengo la teoría de que cuando se llega a un lugar grande no se tienen que dejar de hacer cosas pequeñas. Yo si algún día lleno estadios me gustaría tocar también para 20 personas. Lo importante es ser buena persona, no famosa.

¿Qué piensan de la gente que tiene gran trayectoria y que no hace nada para que la música progrese ni para hacer crecer al under?

A mí también me molesta que siempre tomemos como influencias a gente que no hizo nada para mejorar la situación nacional, pero habría que estar en el lugar de esa persona. Siempre pienso que alguien que tiene 20.000 personas escuchando y un micrófono puede aprovechar ese momento para saltar a decir un montón de cosas pero tampoco es una obligación; no tienen que cargar con la obligación humana de ser el ejemplo de nadie; la gente sola tiene que saber qué hacer con las cosas o qué consume. Sí es verdad que hay músicos que llegan a lugares y que son muy celosos de cómo llegaron ahí y piensan que hay algo que les pertenece. Entonces se guardan conocimientos porque ya hicieron la trayectoria.

Tenemos que demostrar alguna preocupación por los temas cotidianos, por la solidaridad, marcar movidas sociales y un montón de cuestiones que puedan servir para sumar. Me metí de lleno desde hace diez años en denunciar bastante corrupción en el Estado, los movimientos financieros que no son claros, me parece lamentable que haya déficit o se pague cuatro o cinco veces una construcción o presupuestos que no se sabe hacia dónde van, que pasen por fundaciones para que esa plata sea lavada y mientras tanto hay gente revolviendo bolsas de basura, escuelas hechas pelota, hospitales colapsados, un montón de lugares en donde hay exclusión social; eso es un tema grave.

¿Cuáles fueron los mejores momentos de la banda?

El mejor momento es ahora y el que va a venir (risa)

Una vez un viernes, que no es muy común, se corrieron todas esas mesas, empezó a bailar mucha gente y se subieron al escenario. Ahora estamos pasando por todo un proceso de transformación. Hay gente que no se bancó venir acá sólo a tocar por placer…

Mezclar la plata con los sentimientos hay veces que incomoda y otras que se persigue sólo ese fin, el comercial: acción racional sujeta a fines económicos.

Es que nosotros decidimos muchas veces venir a tocar aunque no haya plata porque lo sentimos así, pero aceptamos que se vea de otra manera y damos libertad de decidir otra cosa.

¿Qué le falta aportar a la escena del reggae?

También dentro del reggae hay gente celosa. Pasa lo mismo que en el rock, en todos los estilos.

Lo importante es no perder la esencia…

¿Cómo ven la formación musical nacional?

Hay buen nivel y hay una diferenciación con otros lugares del mundo. Por ejemplo, la formación es mucho más académica, con otra forma de educación musical. No hay que dormirse, hay que progresar y plasmar la enseñanza estructurada del conservatorio o más de educación convencional y a eso sumarle lo popular, la improvisación, pasar por diferentes géneros musicales, foguearse, tocar y escuchar todo lo que se pueda.

¿Qué proyectos tienen?

Como sueño, como proyecto nunca lo pensamos así, pero la idea es la que vivimos acá: la de compartir lo que decimos, tocando; porque el hecho de improvisar salió en realidad más que nada por una forma de mostrarnos a nosotros mismos. Así que esa es la idea.

Que no paremos de tocar nunca; nosotros justamente tocamos porque es lo que nos hace sentir libres y es donde mejor nos sentimos y si eso le llega a la gente significa que vamos por buen camino.

¿Algo más que quieran decir?

Que vengan a vernos y si no nos quieren que no nos vengan a ver (risas)

Yo quería aportar algo acerca de los que tenemos discapacidades. Yo tuve un tumor en la rodilla y me tuvieron que amputar la pierna, entonces tengo una prótesis. Y tengo muchas anécdotas en donde a veces me hacen sentir incómodo con los comentarios y el hostigamiento permanente. Pero no me molesta hablar del tema, lo que me molesta es que me tengan lástima o que me hagan sentir diferente. Hay una vieja de mi barrio que cuando me ve me dice: “hay querido, mirá cómo estás” y me tira abajo…

Hay gente que no se da cuenta de que tengo una discapacidad cuando me ven inclinarme hacia un lado porque lo hago tan naturalmente que les parece a propósito pero en realidad lo hago porque no me queda otra (risas). Yo no me fijo en lo que piensan los/as demás; asumo lo que tengo. Antes no quería hacer nada pero ahora aprendí a convivir con esto.

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